Siguiendo nuestro recorrido por Tierra Santa, en Cafarnaúm merece la pena ocuparse de un tema tan importante como es la Casa de Pedro .Su identificación se basa en el conjunto de datos proporcionados por las fuentes literarias y la arqueología.
Se trata de una casa de construcción irregular y sencilla, rústica, como si hubiera sido hecha en distintas fases. Responde a una vivienda de clan , donde habitaban varias familias emparentadas.
Como curiosidad, en los patios se instalaban normalmente los utensilios necesarios de uso común: prensas de aceite, molinos de grano y hornos para cocer el pan y preparar la comida. Todo ello creaba un ambiente pintoresco y nada aburrido.

!Cuántas imágenes guardó Jesús de esa vida llena de colorido para ilustrar sus enseñanzas sobre el reino !. Algunas nos han llegado:
«El reino de Dios es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo» (Lc 13, 18-19).
» ¿Qué mujer teniendo diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta encontrarla?.Y habiéndola hallado, convoca a las amigas y vecinas diciendo : alegraos conmigo, porque hallé la dracma que había perdido«(Lc 15, 8-9).

A la casa de Pedro concurría mucha gente: «toda la ciudad se reunió en la puerta». Y en otro pasaje del Evangelio: «se reunieron tantos que ni aún delante de la puerta cabían».
Poco a poco se fue convirtiendo en lugar de veneración y culto de la primera comunidad cristiana de Cafarnaúm, lo que se conoce como una «iglesia doméstica» (domus ecclesia).

En las investigaciones arqueológicas han aparecido cantidad de grafitos de carácter cristiano sobre Jesús y su divinidad. También hay alguna alusión a Pedro. Ahora la casa de Pedro se conserva bajo un templo moderno , que resguarda los restos de la antigua iglesia octogonal.
Como se puede inferir, no ha resultado difícil identificar la casa de Pedro entre todas las que conforman el poblado. Se halla a 20 metros del lago, y a 30 metros del sur de la Sinagoga que conoció Jesús, y cuyos restos parecen encontrarse debajo de la monumental Sinagoga del siglo IV.
Al hablar de la casa de Pedro no podemos dejar de mencionar a su suegra que fue curada de la fiebre y «se puso a servirles«. Como tampoco la curación del paralítico a quien introducen por el techo de la casa porque «no podía llegar hasta Jesús a causa del gentío«.

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