Hay mucho que decir, y bien, de Rumanía. Por tanto le vamos a dedicar varias entradas:
En esta primera, empezaremos a describir y señalar el recorrido que Viajes Pertur ofrece a sus «incondicionales» por lugares que sorprenden. 

Rumanía se encuentra a mitad de camino entre Oriente y Occidente.

A través de los siglos ha recibido la influencia de aquellas dos culturas que han dado origen a la que hoy distingue a este país, como propia y original. Una cultura extraordinaria y rica en matices que iremos descubriendo en sus tradiciones, castillos, iglesias y pueblos singulares. Verdaderas joyas a las que no les falta el misterio que no deja indiferente al viajero. Sobre todo cuando entra en contacto con sus gentes regateando en los mercadillos, saboreando su variada y rica gastronomía o perdiéndose por sus típicas callejuelas, algunas de ellas bastante empinadas. Y desde que Drácula-Leyenda está de moda, visitar su castillo es viajar en el tiempo de las grandes aventuras.

Durante ocho días realizamos un circuito del que damos cuenta a renglón seguido.
Como llegamos a media tarde a su capital Bucarest , dio tiempo para tener un contacto rápido , pero grato con esta ciudad.
Cabe destacar la visita a la Patriarquía o sede de la Iglesia Ortodoxa Rumana. El resto de la panorámica la dejamos para el final del viaje.

De camino a Sibiu entramos de lleno a visitar el monasterio de Cozia, monumento histórico del siglo XIV. Una joya en miniatura.
Fue la antesala para disfrutar, aun más, pasados unos días, de los monasterios de Bucovina. Por el maravilloso valle del río Olt, atravesamos, nada menos, los Cárpatos entre las montañas Fagaras y Parang. LLegados a Sibiu, visitamos a pie la ciudad. Señorial, y con sus sorprendentes tejados cuyas ventanas asemejan ojos.

Otra de las ciudades que sorprenden en nuestro itinerario se llama Sighisoara , habitada desde 1280; conocida con el nombre de Castrum Sex. Se visita la Torre del Reloj y la casa donde nació Vlad Draculea , hoy en día un elegante restaurante, donde almorzamos.

Hicimos noche en Bistrita. Dormimos en el Hotel Corona de Dro, el mismo en el que Jonathan Jarker , el personaje principal de la novela de Bram Stoker, desayunó antes de la llegada al Castillo de Drácula en el Paso de Borgo, que también visitamos.

Y en la región de Bucovina , nos esperaba el plato fuerte: la visita de sus monasterios declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.  Piedras vivas del fundamento cristiano.
Tanto dentro como fuera de sus iglesias, sus pinturas al fresco se conservan muy bien. Monumentales. Representan, todas ellas, escenas de la Historia de la Salvación y la llamada «Oración de todos los Santos», tema único del arte cristiano ortodoxo y expresión excepcional del arte rumano. Para aquellos tiempos, una «Biblia abierta» donde todos podían leer y ser catequizados.

Nuestro grupo de Buena Gente en Sibiu
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