Seguimos por los alrededores del mar de Galilea, en Tierra Santa. Queda un poco más allá de la Multiplicación , de la que hablamos en nuestro anterior post sobre Tabgha .

Una modesta y solitaria iglesia de una nave, construida en 1933 sobre un santuario muy antiguo, recuerda aquí la aparición de Jesús a algunos de sus apóstoles, después de resucitado, cuando estos estaban desanimados por no haber pescado nada aquella noche.
Según las últimas excavaciones, ya en el siglo IV existía una pequeña capilla , «al lado de la cual – escribe la peregrina Egeriapueden verse escalones excavados en la roca sobre los que estuvo el pie del Señor «, visibles todavía, aunque muy gastados.

El lugar en sí es muy evocador. La entrada respira mucha paz. Esbeltos y frondosos árboles flanquean el camino hasta la iglesia. Al fondo, el lago de Tiberiadesuna realidad testigo de tantos recuerdos de Jesús; y el eco de sus palabras, que aun parecen resonar por estos parajes, recrea la vista y relaja el espíritu.
Es aquí donde escuchamos y reconstruimos aquella escena del Resucitado , que envolvía todo en amor y humanidad al prepararles la comida.

Indiscutiblemente sus discípulos no estaban de buen humor. Pasaron la noche faenando sin pescar nada. La conversión de Pedro flaqueaba. Escucha otra vez el mandato del Señor y la red se llena de peces.
Y Jesús aprovecha para llamarle de nuevo. Y a la pregunta tres veces repetida , Simón hijo de Juan, ¿me amas más que estos? , no responde que le quiere más que los demás, como hubiese dicho antes de la pasión. Dice, sencillamente: » Señor, tu lo sabes todo; tu sabes que te quiero «.
La respuesta es menos impulsiva, serena, más lúcida. Su conversión es más profunda.
En esta escena Pedro recibe el cuidado supremo del rebaño, «el primado del amor», indispensable para pastorear las ovejas; para estar a su servicio, para conocerlas individualmente con conocimiento amoroso. Este pastoreo debe asemejarse al de Cristo, que entregó su vida por las ovejas.

Para terminar quiero recordar algunas frases de nuestro Papa Francisco el jueves santo de 2014, en su primera Misa Crismal, hablando de la crisis de identidad sacerdotal:
» Si sabemos barrenar su ola, podremos meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes…que resultan fecundas; echadas únicamente en el nombre de aquél de quien nos hemos fiado, Jesús.
Esto os pido: sed pastores con olor a oveja, que se os note, y pescadores de hombres.«
Cuanto da de sí el verdadero Primado del Amor.

Foto de portada de Itamar Greenberg, 2008. En www.iaa-conservation.org.il

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