Perú, uno de los principales destinos turísticos con mayor variedad paisajística del planeta, y donde es posible encontrar todos los climas del mundo, nos ofrece la posibilidad de redescubrir su fascinante y rico legado histórico con miles de vestigios arqueológicos diseminados a lo largo de su vasto territorio; sus hermosos trazados coloniales, sus tradiciones y ancestrales costumbres y sus comunidades indígenas integradas profundamente en la Pachamama o madre tierra.
Así, sin tener que cruzar fronteras, en Perú es posible pasar del interminable y árido desierto costero, a la exuberante, exótica y misteriosa selva amazónica, tras haber cruzado los espectaculares Andes, con sus cumbres de nieves eternas – sobrepasan los 6000 metros de altura.

Pero además de esta diversidad natural, siempre es posible acercarse a sus principales sitios arqueológicos, patrimonio cultural legado por las sucesivas civilizaciones que han protagonizado la historia del país.
Aquí, al pasar, mencionamos concretamente el período colonial, que ha dejado magníficos testimonios artísticos, como el centro histórico de Lima virreinal; pictóricos como la Escuela Cuzqueña o arquitectónicos, como el convento de Santo Domingo – edificado sobre el antiguo templo Inca del Koricancha -, y el convento de Santa Catalina (Arequipa), amén de ciudades, mansiones e iglesias por todo el Perú.

El Perú ocupa la zona central y occidental de América del Sur, a orillas del Océano Pacífico, que constituye su límite natural hacia el oeste.
También limita con Ecuador y Colombia por el norte, con Chile por el sur y con Brasil y Bolivia por el este.
En estos momentos estoy recordando una canción, un vals titulado Mi Perú, que dio nombre a un antiguo post de este blog. Su música y su letra nos llevan espiritualmente a hacer un recorrido por las tres Regiones, siendo sus habitantes los protagonistas de un Perú libre y soberano, lleno de valores.
En fin, orgullosos de haber nacido en esta hermosa tierra.

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