Palermo es mucho más que la capital de Sicilia, es otro ejemplo perfecto de mezclas, mestizajes y cruce de caminos y culturas.
Fundada hace unos 3.000 años por los fenicios, sólo queda como recuerdo la columna vertebral de la ciudad: la larga vía que une el mar con el palacio del gobierno.

Base de cartaginenses, romanos, árabes, estos últimos dieron una nueva transformación a la ciudad, convirtiéndola en una metrópoli que era comparada con El Cairo y Córdoba, con mezquitas, palacios y extraordinarios jardines.
Se llamó Balarm, capital del emirato siciliano. En 1072 los normandos consiguieron entrar en Sicilia, alcanzando su mayor esplendor. Y consolidándola como centro de relaciones comerciales entre Occidente y Oriente. Se construyeron innumerables iglesias de estilo árabe-normando y palacetes.

Con Federico II de Suabia, Palermo se transformó en el centro de la cultura de la época, invitando a la ciudad a las figuras más representativas de la ciencia y la literatura del momento.
Durante la dominación española, Palermo se enriqueció con importantes monumentos barrocos. Hoy en día Palermo es una ciudad moderna, con unos 750.000 habitantes con una oferta artística importante, jalonada por monumentos de todas las épocas.

Destaca el Palacio de los Normandos ; sobre las ruinas de un castillo árabe, se construyó un palacio real con una enorme sala real, llamada sala verde.
En las alas se distribuían las habitaciones privadas, y de la servidumbre, comunicados por terrazas y galerías y jardines, con claras connotaciones árabes debidas a los maestros islámicos que lo diseñaron.

Posteriormente los españoles efectuaron diferentes modificaciones. Del palacio original se conserva la sala Rey Roger, habitación con un mirador sobre el golfo de Palermo, con mosaicos y la Capilla Palatina, iniciada en 1130, que mezcla lo siciliano, bizantino y árabe. Son tres naves divididas por columnas con capiteles corintios, suelos, paredes y columnas decoradas y con incrustaciones de malaquita, oro, y el candelabro pascual de mármol, de dimensiones extraordinarias. Los mosaicos bizantinos , quizá sean los mejor conservados de las iglesias de Constantinopla.
Merece especial mención el Cristo Pantocrátor, los Angeles que lo rodean y los Evangelistas. El techo es de madera, reminiscencia árabe, en muqarnas, estalactitas decoradas con figuras humanas.
Otra iglesia es la de San Juan de los Eremitas, de origen normando, su interior no está bien conservado ni es de gran importancia, pero la arquitectura exterior impresiona por sus cinco cúpulas rojas y el jardín con una exuberante vegetación en verde de los árboles frutales y rosas y floridos matas.

La Catedral de la Virgen de la Asunción. Sobre los restos de una mezquita los normandos construyeron una iglesia sobre la que posteriormente se levanto la catedral en tiempos del arzobispo Gualterio Offamilio. Es una mezcla de estilos que armonizan haciendo que exteriormente sea un edificio agradable, aunque su interior es mucho más frío ,  con diferentes estatuas de santos en mármol  y tumbas reales (Roger II, Enrique VI, Federico II de Saubia). También destaca la Capilla de Santa Rosalía; en una urna se encuentran las cenizas de la patrona de Palermo.
Uno de los más bellos edificios de Palermo es la Iglesia de Santa María del Almirante, y como ejemplo de palacio medieval islámico tenemos el Palacio de Zisa, hoy en día Museo del Islam, especialmente interesante es el Salón de la Fuente , decorado con mosaicos.

Llegando al centro de la parte antigua de la ciudad, nos encontramos con las Cuatro Esquinas, en la Plaza Villena; en la parte baja hay cuatro fuentes con representaciones escultóricas de las cuatro estaciones, sobre ellas las estatuas de los reyes españoles: Carlos V, Felipe II, III, y IV, y sobre estos la parte superior las cuatro santas de la ciudad: Santa Cristina, Santa Oliva, Santa Ninfa y Santa Agata.
También es muy interesante la Fuente Prettoria, llamada la fuente de la vergüenza, en la plaza del mismo nombre, a unos metros del centro histórico.

Y no nos podemos olvidar de la Iglesia del Jesús, que es un convento edificado en el siglo IX, edificado sobre tumbas paleocristianas y el Oratorio del Rosario de Santo Domingo, pequeña capilla de 1578 con un precioso retablo de Van Dyck que representa a la Virgen del Rosario.
Ni de la Iglesia de San Francisco de Asís , con su pórtico gótico con un gran rosetón. Cuenta con tres naves con galerías góticas, y conserva gran cantidad e esculturas y pinturas.
Y el Teatro Massimo: Uno de los grandes teatros de Europa, de inspiración neoclásica, ocupa 7.700 metros cuadratos.

Para terminar este tour , hay que conocer también sus mercados, sus zonas comerciales donde se mezclan sabores, olores, culturas; animado todo ello por ese peculiar carácter de los palermitanos.

Foto de portada: Piazza Pretoria Palermo , autor Russell James Smith.  Lic CC 2.0

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