Acabamos de visitar Oporto, merece la pena dedicarle unas páginas. Es uno de los lugares más bellos e importantes de Portugal.

En sus orígenes, los celtas fundaron una humilde aldea,que ubicaron en la desembocadura del río Duero. Años después, los romanos construyeron aquí un puerto al que llamaron Cale; así es como el «Portus Cale» se convirtió en Portugal.
A los portuenses también se les conoce como tripeiros, debido al gran sacrificio de su pueblo durante la conquista de Ceuta; para alimentar a sus tropas se contentaban con comer solo la piel de los animales, dejando generosamente el resto a sus soldados.

Oporto llegó a ser la capital de Portugal en 1096. Gracias a sus intrépidos y hábiles marineros, como el legendario Enrique el Navegante, nacido aquí,y a sus descubrimientos.
Durante mucho tiempo, la ciudad vivió rodeada de murallas; dentro de ellas surgen los barrios de Ribeira, Barredo y Miragaia. Este casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1920.

A pesar de las vicisitudes que sufre Portugal, Oporto poco a poco va convirtiéndose en una ciudad pujante y moderna, fuera del recinto amurallado, gracias a la venta de cerámica, tejidos, y especialmente a sus astilleros ,los más importante del país. Pero sobre todo, el progreso se debe a su pueblo tan emprendedor. Hay una célebre frase que señala: » Lisboa se divierte, Coimbra canta, braga reza y Oporto trabaja. «

Los siglos XIX y XX trae consigo un renovado y vigoroso impulso. Se construye la Avenida dos Aliados, que se convertirá en el corazón de Oporto y simboliza el comienzo de una nueva era. Le siguen la Plaza de la Libertad, puente entre la ciudad vieja y la moderna; termina en el Ayuntamiento, con su torre de 70 metros. Detrás del mismo la Plaza y la Iglesia de la Trinidad. Y en esta misma emblemática avenida están ubicados el café Guaraní y el antiguo Café Imperial.

Tampoco podemos olvidar en el siglo XVIII la figura clave del arquitecto italiano Nicolau Nasoni, autor de muchos de los edificios que despierta la admiración de cuantos visitan Oporto. Por ejemplo la catedral, todavía de estilo románico; redecoró y modernizó el claustro ábside, los dos órganos, la forma cónica del retablo. Introduce además los efectos ilusionistas, típicos de este periodo llamado Quadratura.
Otra de sus obras la Torre de los Clérigos, al lado de la iglesia del mismo nombre en el Cerro de los Ahorcados, es el edificio más alto. Con sus 200 escalones y 49 campanas tiene la vista más hermosa de la ciudad.

También pertenece a Nasoni la Fundación Serralves, el museo más visitado de Portugal, especializado en arte contemporáneo.
Muy cerca de allí, no hay que perderse la visita a la famosa librería Lello, que ha servido de escenario a muchas películas, entre ellas una de Harry Potter. Es una de las tres librerías más hermosas del mundo.
Finalmente doy un consejo: hay que procurar hacer las visitas fuera del domingo, pues aquí el descanso dominical es sagrado…

No nos olvidamos del Duero, ni de las bodegas; dedicaremos otro capítulo de este blog a esta bella ciudad para recorrer su barrio más antiguo y típico: el de la Ribeira.

Foto de portada: Torre de los Clérigos, Oporto por Gregorio Puga Bailón. Lic CC BY 2.0.

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