Bulgaria es un país desconocido para muchos, y desde este blog recomendamos descubrirlo porque guarda gratas sorpresas, y tiene un encanto especial, una mezcla entre Oriente y Occidente. Nosotros vamos a volver a visitar Bulgaria este verano.

Hace unos años ya visité Plovid, me sorprendió la ciudad moderna, no muy grande, con avenidas y edificios inmensos recuerdo de un pasado cercano, típicas construcciones comunistas pero con signos de dejar ese pasado ; comenzaban a levantarse hoteles y centros comerciales en la parte de la ciudad nueva y en la ciudad vieja se veían minuciosos trabajos de cuidado y mantenimiento de esta joya.

Plovid es la segunda ciudad de Bulgaria y para mi la primera, sin menospreciar Sofía, por su interés histórico y artístico. Es una de las ciudades más antiguas de Europa,  más antigua que Atenas y Roma.
Ha tenido muchos nombres: de Eumolpia en el 342 a.C. ,cambió a Philipppolis por Filipo II de Macedonia, los tracios la llamaron Pulpudeva y los romanos Trimontim, los eslavos en el siglo VI la cambiaron a Puldin y los búlgaros en el siglo XV la llamaron Plovid.
Así que fueron muchos los que pasaron por aquí e influyeron en esta ciudad de las tierras bajas de Tracia.
Plovid tuvo también inquietudes democráticas en el siglo XX, que encaminaron al país al final del régimen comunista en 1989.

En las tres colinas de Plovid se aúnan ruinas romanas con calles de piedra y jardines.
El Teatro Antiguo romano del s II d.C. construido durante el principado de Trajano, es uno de los mejor conservados del mundo, con asientos de mármol divididos en sectores y cruzados por el diazoma.
En el escenario de dos plantas se encontraron inscripciones y estatuas, tuvo que ser reconstruido con un cuidado exhaustivo sobre el original. Hoy en día es un importante centro de la vida cultural moderna de la ciudad.
Hay más vestigios del pasado romano de Plovdiv, como el foro, las murallas o el circo.

También hay 150 casas del llamado periodo del Resurgimiento, con coloristas fachadas, una de las cuales, la casa Kuyumdjieva ocupa el Museo Etnográfico de Plovid. Destaca también una de las iglesias cristianas más antiguas, la Iglesia de San Konstantin y Santa Elena (comenzó como santuario en el siglo IV),sobre la muralla de la Acrópolis. El lugar de la iglesia está marcado por ser donde se decapitaron a los mártires Memnnos y Severino. Y a los 38 mártires de Plovid. Tuvo varios destrucciones y reconstrucciones a lo largo de la historia y hoy en día es uno de los templos ortodoxos más visitados por lo búlgaros y turistas extranjeros.

Plovid es, desde el punto de vista histórico, cultural y religioso, un lugar imprescindible en cualquier visita a Bulgaria; y no podemos dejar de mencionar como se adivina el orgullo con el que los búlgaros viven en su ciudad, la ensalzan. Pasear por la ciudad vieja, sentarse a tomar algo , mientras se disfruta de la vista de los numerosos vestigios artísticos, merece el sosiego de unos días aquí.

Nos vemos en Plovdiv…

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