Es toda una escena idílica y envuelta en pobreza. Los llamados por los ángeles para ir al pesebre no son los dirigentes del pueblo, sino unos pobres pastores. Este dato histórico pone de relieve, ya desde un principio, la humildad-pobreza del origen del Mesías.

Los pastores eran gentes despreciadas. Su vida nómada les impedía cumplir los preceptos de la Torá,-para los judíos los cinco primeros libros de la Biblia-. Les hacía vivir fuera de la observancia de la ley; tenían mala fama.
El Talmud -libro que contiene la tradición, doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía- dice que se les tachaba de ladrones, ya que con frecuencia, apacentaban sus ganados en los campos de otros y no podían ser testigos en un juicio. Sin embargo, desde el primer momento de la venida del Mesías, la Salvación es para los pobres y los marginados.

Sólo los pobres consiguen descubrir la riqueza en la pobreza; únicamente los humildes y los pobres descubren la grandeza del poder de Dios, presente en la fragilidad de las cosas humanas.
Por eso pueden considerarse bienaventurados por la gran misión que realizan al anunciar a todos la Buena Nueva de la liberación que viene de Dios.

A los pastores les envuelve con su luz la gloria del Señor, por eso sienten un temor reverencial que es siempre en el hombre el efecto de la irrupción de lo sobrenatural sobre él.
Ya no se hará mención alguna en los Evangelios, pero ahí tenemos un buen ejemplo para el hombre cristiano de nuestros días: escuchar la Palabra de Dios, saber de quien nos hemos fiado, y saber que El se fió de nosotros, y comunicarla a todos los hombres.
Ellos son los primeros evangelizadores y modelo de los futuros creyentes «que volvieron glorificando y alabando a Dios«.

Juan Pablo II , en la homilía de la celebración en la plaza de la Natividad de Belén , el 22 de marzo de 2000 dijo:
» La alegría que anunció el ángel no es algo del pasado; es una alegría actual, que abarca todos los tiempos…
y permanece con nosotros para siempre . Dado que en Belén siempre es Navidad, cada día es Navidad en el corazón de los cristianos; cada día hemos de proclamar el mensaje de Belén en el mundo, la Buena Nueva que produce una gran alegría.«

Y nuestro amigo Hilario Peña, nos regala una poesía dedicada a los pastores, que describe y condensa bellamente, el contenido de esta página:

 ¿No viste un ángel volando?
Corren ya por los alcores
las noticias de pastores
que a Belén se van cantando.

Bartolo toca la flauta
y el tambor lo lleva Nando,
pero quien marca la pauta
es la zambomba de Orlando.
Y se van por el sendero
por do se fue la cordera,
quizá este perdida y quiera
volver al amor primero.

La campiña, de colores,
hay nieve en los altozanos,
los pastores más ancianos
no recuerdan tantas flores.

Se llena Belén de cantos
cuando llegan los pastores,
ríe el niño a los cantores,
a nadie ha reído tanto.
Mientras la Virgen María
les pone al Hijo en sus brazos.
!Qué embeleso, qué de abrazos
dan a Jesús ese día!

Se vuelven como vinieron,
y a todos dan la noticia:
Albricias, zagal, albricias,
se cumplió lo que dijeron
los Patriarcas y Profetas.
El Salvador ha nacido,
por eso los redimidos
celebramos grandes fiestas.

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