Ya tenemos confirmadas fechas para nuestras próximas peregrinaciones a Tierra Santa.
Entre tanto recordemos a Jerusalén con un recorrido por las diversas puertas que rodean a la Ciudad Santa : la ciudad más religiosa del mundo.

Habiendo sido destruida y reconstruida en numerosas ocasiones, contiene lugares sagrados del Islam, del Judaísmo y el Cristianismo en convivencia. Ciudad fortificada y amurallada desde tiempos de David, tiene acceso por diferentes puertas y cada una con un significado diferente.

Puerta de Herodes: Al noreste de la ciudad, se accede al barrio musulmán. Se la denominó así porque los peregrinos creían que la primera casa junto a la muralla era la de Herodes Antipas. Está cerca de la Torre de Cigüeñas y también se la llama Bab el Sahiré (puerta que vigila) o Bab el Zaniré (puerta de las flores). En el siglo XIX, Ibrahim Pachá la tapió en parte.

Puerta de Damasco: Al norte, está considerada como la más monumental, su nombre se debe a que desde este punto salía la carretera que conducía la capital siria. Fue construida por Sinán, el arquitecto de Solimán. Bab el Amud para los árabes (Puerta de la Columna), muy cerca de la puerta se alzaba la columna de Adriano, en el comienzo del Cardo Máximo. Desde está puerta se accede al barrio musulmán y en línea recta al Muro de las Lamentaciones , Vía Dolorosa y Santo Sepulcro. En el exterior de la puerta se ha construido actualmente un anfiteatro, y en este lugar celebran fiestas los árabes durante el Ramadán. El foso que se ve en el lado sur de la puerta es la entrada a las canteras de Salomón, según la tradición las enormes piedras del Templo de Salomón se extrajeron de aquí.

Puerta Nueva: Data de 1889, en la esquina noreste de la muralla, da acceso directo al barrio cristianoSanto Sepulcro, Patriarcado latino, convento de San Salvador y las hospedería “Casa Nova”.

Puerta de Jaffa: Construida en 1538. Es la única puerta de la zona oeste y se dirige a Jaffa y el Mar Mediterráneo. Bab el Jalil o puerta del amigo para los árabes, ya que da a la carretera a Hebrón, residencia de Abrahán, “amigo de Dios”. Está en la parte más alta de Jerusalén junto a la ciudadela de David. En XVI por Solimán el Magnífico, transformó la que ya había de los cruzados . Cuando llegó Lamartine la puerta estaba ya cerrada debido a la peste. En 1898 se abrieron unos 12 metros de ancho para que Guillermo II entrara en la ciudad junto a su sequito. Esta es la única parte abierta en esa zona de la muralla.

Puerta de Sión : Está situada al suroeste junto al Monte Sión, se accede al barrio armenio y Cenáculo y al barrio judío y Cardo Máximo judío. Los árabes la llama Bab el Nabi Daud por estar cerca de la tumba.

Puerta de las Basuras: También conocida como Puerta de los Magrebíes, porque aquí se instalaron en el siglo XII. Era el lugar donde se arrojaban los desperdicios. Da acceso a la Explanada del Templo y Muro de las Lamentaciones, orientada en la zona sur de la ciudad.

Puerta Dorada o de oro: Puerta de la Misericordia para los judíos (Shaar Ha Rahamin), el Valle de Josafat, donde tendrá lugar la resurrección universal. Babe d-Bahirie para los árabes (Puerta Eterna), en sus pies está el cementerio musulmán. Para los cristianos es el lugar por el que Jesús entro al Templo, el domingo de Ramos, lugar de la curación de un paralítico pro Pedro y Juan , Se cerró en el año 810 y los cruzados la volvieron a abrir en la fiesta de la Exaltación de la Cruz y Domingo de Ramos, en la procesión de los cristianos con palmeras desde Betania a Betfagé cruzando esta puerta. Los turcos la volvieron a cerrar y según la tradición musulmana: un conquistador entrará por ella y destruirá la ciudad. Otra tradición es que la puerta se abrirá el día del juicio final.

Puerta de San Esteban: Llamada también Puerta de la Virgen María, porque el camino que se indica conduce a la tumba de la Virgen. Llamada también Puerta de los Leones porque hay cuatro leones esculpidos en su fachada por órdenes del sultán Baibans, conjuro contra un sueño que le anunciaba su muerte a manos de este animal. Cerca de aquí estaba la Puerta de las Ovejas, en tiempos de Jesús, por aquí accedían estos animales, para venderlos o sacrificarlos en el Templo. A escasos metros estaría la Torre Antonia. 

La alegría de los peregrinos era grande cuando divisaban las murallas de la ciudad de Jerusalén.
Todavía hoy los judíos se despiden con la esperanza de acudir a la ciudad sagrada : » Al año que viene , en Jerusalén «.

Nos despedimos ahora de nuestros viajeros y amigos también con esa esperanza :
» Nos vemos en Jerusalén «

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