Proseguimos la ruta por Rumanía , que iniciamos en la anterior entrada de nuestro blog de turismo religioso.

Para llegar a Brasov, nuevamente atravesamos los Cárpatos por las espectaculares gargantas del Bicaz, las más impresionantes de Rumanía, con una corta parada para admirar el paisaje de la estación «el Lago Rojo» , un lago de barrera natural.
En Brasov tuvimos una mañana bien aprovechada para visitar la ciudad, incluyendo la Iglesia Negra – el monumento gótico más grande de Transilvania -, la Iglesia de San Nicolás, Barrio y Puerta Schei, la Plaza del centro histórico, sus calles peatonales sembradas de terrazas y negocios de gran nivel.

A continuación nos trasladamos a Bran , degustamos un almuerzo reparador y, para pasear la comida, visitamos el castillo famoso conocido en todo el mundo bajo el nombre de Drácula o Castillo de los Cárpatos.

Hago constar que Drácula no se apareció. Despreció nuestra sangre. Subimos y bajamos infinidad de escalones, pero tuvimos un pequeño recreo para admirar la exposición de artesanía al aire libre emplazada frente al castillo.
Regresamos a Brasov , y en la iglesia de los franciscanos tuvimos la celebración de la misa. Fue solemne, amenizada por todo el grupo Buena Gente , 36 en total, y previo un ensayo, la cantamos a tres voces.

Nuestro último día lo cerramos con broche de oro. Por la maña visitamos el Castillo de Peles, ex residencia de verano del rey Carol I de Rumanía, en la ciudad de Sinaia , nombre tomado del Sinai. 
Su estructura recuerda a los clásicos palacios renacentistas alemanes, mezclando altas torres, balcones, galerías y columnas que forman, finalmente, una construcción con los más variados elementos y estilos arquitectónicos europeos. Sus interiores, en madera, son lo más bello. Una obra de arte.

Ya en la capital, Bucarest, con sus más de 500 años de historia es el referente cultural y económico del país. Se la conoce como la «pequeña París» por el Arco de Triunfo y sus grandes avenidas y espacios verdes.
Es una ciudad que sorprende por una mezcla ecléctica de estilos arquitectónicos, fiel reflejo de su pasado. Estilos que van desde los restos del edificio fundacional de la ciudad , la «Curtea Veche» – el patio viejo y las ruinas del Palacio de Vlad Tepes del siglo XV , el fundador de la ciudad y al mismo tiempo fuente de inspiración  para el personaje Drácula -, pasando por las iglesias ortodoxas, la sólida arquitectura estalinista del periodo comunista o el colosal Palacio del Parlamento, con más de 6000 habitaciones.

La vida cultural de la ciudad pasa por sus numerosos museos, entre los que destacamos el Museo de la Aldea, dedicado a la arquitectura y a la artesanía popular rumana. Merece una visita. 
El recorrido a pie por el casco antiguo de la ciudad no hay que perderlo. Nos permite disfrutar de los rincones que han marcado la evolución histórica y artística de Bucarest.
En la cena de despedida tuvimos el honor de saludar al presidente de Rumanía y a su esposa. Asistimos a un espectáculo de folclore, danzas y bailes típicos del país.
Al día siguiente, tal como estaba programado, regresamos a España con muy buen sabor de boca.  Felicitaciones al grupo Buena Gente ,  y especialmente a nuestra guía Elena, una excelente profesional.

 

Imagen de portada: «Braşov (Kronstadt, Brassó) – center» de Pudelek (Marcin Szala) – Trabajo propio. Disponible bajo la licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 vía Wikimedia Commons – 

 

 

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