Tabgha está situada en Tierra Santa, en la costa norte del mar de Galilea, y es el lugar donde la tradición sitúa la multiplicación de los panes y los peces.
Estamos en un lugar verde, de vegetación exuberante y que es la puerta de entrada a Cafarnaúm. Recibe también el nombre griego de Eptapegon, que significa «siete fuentes».
La monja Egeria ya señalaba aquí la existencia de «siete fuentes abundantísimas cada una de ellas«.

La iglesia actual, custodiada por los benedictinos alemanes, está edificada sobre las ruinas de una iglesia del siglo V y de otra anterior del siglo IV. En el suelo se pueden apreciar los bellos mosaicos de aquellas iglesias. También aparece en el ábside, en el suelo junto al altar, un mosaico con un cesto de panes y dos peces. Es una señal valiosa que ayuda al peregrino a situarse.

La peregrina Egeria afirma lo mismo al hacer la síntesis del pasaje evangélico:» En ese campo sació el Señor al pueblo con cinco panes y los peces «.
El milagro se realiza en un lugar despoblado, desierto, solitario, pero lleno de verdor. Lugar silencioso que invita a la oración. Abolir el desierto de la vida de oración es como suprimir los silencios en una sinfonía. «El silencio hace crecer el alma como un árbol florido» (Pthah-Hotep).
En un post futuro hablaremos del silencio, tan importante en nuestra vida, sobre todo hoy.

La primera iglesia, la del siglo IV, pudo ser edificada por José, conde de Tiberíades , aunque otros afirman que la construyó Santa Elena. Esta es la que visitó Egeria a finales de dicho siglo.
La actual, construida en 1982, ha respetado el trazado de la bizantina, que tenía tres naves.
En ella aparece la piedra dorada donde se realizaría el milagro; es un testimonio que confirma la tradición de este lugar.

En el gesto de la multiplicación de los panes, Jesús revela su condición de ser el que aporta la salvación definitiva de todos los tiempos. El texto es un claro reflejo de la Eucaristía celebrada por la Iglesia primitiva: bendecir, partir, distribuir, compartir…
Los doce, que han predicado el evangelio del reino, se reúnen con la gente, como lo hará la Iglesia para celebrar el banquete del Señor. El papel de los discípulos consiste en ser intermediarios entre Jesús y la gente.
En definitiva , los gestos y palabras de Jesús, evocan los de la última cena e invitan a ver en este banquete del desierto un anticipo de la Eucaristía.

Foto portada de Berthold Werner, wikipedia

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